La rosa más roja era socialista.
Y la llevaba en el ojal un amigo de la tía Andrea que se llamaba Juan Manuel.
Era una rosa preciosa.
Y Juan Manuel era grandote y ostentoso como un vikingo, caminando bamboleante por las calles de Mar del Plata.
Quería contarles eso a Juan María y a Mateo. Que había una rosa roja y era la más roja, la más bonita.
La rosa roja socialista, la rosa de un mundo en el que no le faltan a nadie sábana y mantel.*
Al menos ése era el mundo que soñaban, rosa más, rosa menos, la tía Andrea y su amigo Juan Manuel.
Sueñen mis Mateitos con un mundo tan amable como con el que soñábamos nosotros, y sueñen fuerte y claro porque de esos sueños está hecha la gente buena. Y la gente buena atrae la felicidad.
Que no le falten a nadie sábana y mantel (canción de María Elena Walsh la de la tortuga Manuelita)
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