Esa noche soñé sueños bifurcados.
Soné que soñaba.
En mi sueño iba en un tren rojo y me sentaba en los butacones verdes de primera. Se sentía el olor del cuero verde y el sonido del tren en marcha me adormecía. No quería perder de vista mi valija y sin embargo los ojos se me cerraban hasta que al fin me dormí y soñé.
Así fue que soñé que soñaba. En el sueño que soñé que soñaba iba en un tren. Y me sentaba en los butacones verdes de primera. Sentía el olor del cuero y el sonido del tren me adormecía. No quería perder de vista mis dos valijas y sin embargo los ojos se me cerraban hasta que al fin me dormí y soñé.
Soñé que iba en un tren rojo con butacones verdes. Había olor a cuero y el traqueteo del tren me adormecía y yo no quería perder de vista mis tres valijas y sin embargo los ojos se me cerraban hasta que al fin me dormí y soñé. Soñé que me despertaba y me estaban robando la tercer valija y me indigné tanto que me desperté de ese sueño y seguí soñando que estaba dormida y me robaban la segunda valija de modo que del disgusto me desperté también de ese sueño y seguí soñando que dormía y había una sola valija y me la robaban y como yo veía que la robaban me enojé tanto que me desperté. Y ahora iba en un tren rojo con butacones verdes y ya no tenía mi valija y empezaba a correr de vagón en vagón buscando mi valija y encontraba a mi papá y a mi mamá en el vagón comedor. Eran jovencísimos y estaban de novio y mi papá le regalaba una pulsera de oro a mi mamá. Los saludé al pasar pero ellos no pudieron reconocerme y yo pensé:
-Claro, si todavía no he nacido...-, pero la verdad es que me sentí muy mal porque no me habían conocido porque al fin y al cabo eran mi papá y mi mamá. Salí del vagón comedor y entré en clase turista. Estaban el abuelo y la abuela y eran jovencísimos y el abuelo le regalaba a la abuela una pulsera y yo los saludaba y ellos no me conocían y yo pensaba:
-¿Cómo puede ser que no me conozcan?- pero seguí buscando mi valija y encontré a los bisabuelos en el anteúltimo vagón. Eran jovencísimos y el bisabuelo le regalaba una pulsera a la bisabuela. Cuando los saludé el bisabuelo mi miró como queriéndome recordar, pero yo seguí buscando mi valija, así que llegué al último vagón. En el último vagón estaba José con mi valija y era muy viejo. Lo saludé y el pareció no conocerme y le dije:
-Señor, ésa es mi valija,- pero él me contestó:
-No puede ser, es la valija de mi esposa.
Y entonces me vi, al ladito de José, agarrándole la mano y soñando que soñaba.
Andrea, que precioso!!! y que bien escrito. Yo soy tu fan n° 1 y cada vez que leo lo que escribís me hago más fan, todavía.
ResponderEliminarEste cuento es algo raro, hermoso, es como soñar que soñaba que leía este cuento.
Que bonito y poético este comentario. Este blog de todos modos es mi regalo para todos Uds. y me alegra mucho que te guste. Los quiero tanto !
ResponderEliminar¿Qué puedo decir? El cuento es hermoso y es un homenaje a todos los que fueron. Y a los que son. No importa que sea tu mamá. El comentario es válido.
ResponderEliminarGuuuuuuaaaaauuuuu!!!! qué bueno y original. Hay quienes afirman que el tiempo es circular!!!
ResponderEliminarMe gustó mucho Andre!!! un beso, Mónica
Mónica recién veo tu comentario. Gracias. Se ve que no soy canchera con esto. Me gusta mucho que te haya gustado.
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