lunes, 27 de junio de 2016

Nacido para contar

Todo esto nació para contarles a Juan y a Mateo cómo era la vida en el submundo donde vivimos nosotros, los parientes del sur.
Del sur éramos todos y ser de acá no es broma.
Ser de acá significa ser de un país que se llama Argentina y significa vivir en el culo del mundo, pero queriendo construir una Europa que no conocimos ni entendemos.
Sin embargo algo hemos logrado en materia de parecernos.  Aunque es sutil.
Por ejemplo creemos a pie juntillas (que quiere decir religiosamente (que quiere decir sin discusión alguna (qué quiere decir con fe))) que podemos hacernos cargo de todas las desgracias sociales entre todos y sin que nadie pague el precio.
Eso podría pasar si fuéramos prolijos y solidarios.  Pero no somos prolijos.  A lo sumo solidarios. Y también es dudoso.
Por eso cuando queremos dárnoslas de europeos cubriendo solidariamente las desgracias individuales generamos de modo inevitable alguna desgracia en otro lugar.
Nuestro sistema de solidaridad social viene entonces a ser como una frazada corta.  Cuando nos tapamos los hombros destapamos los pies y viceversa.  Así es que en en términos de bienestar vivimos cagados de frío, como durmiendo en casa ajena.
Por este tipo de cosas es que siempre estamos mal.  Vivimos y morimos en un estado de pánico, una especie de estrés postraumático anticipatorio que viene a ser algo tan confuso como ser el  ex futuro cuñado del tío José (el tío de Juan y Mateo y marido de la tía Andrea que es la que escribe).
Y no se olviden de esta frase.   Ex futuro ex cuñado.   Es una de las frases favoritas del tío José y mías porque describe perfectamente el estado de confusión en el que se puede vivir.  Ex futuro cuñado.  Que no es lo mismo que futuro ex cuñado.  Sutil ¿NO?.
Así vivimos los argentinos.  Vivimos en un estado de ex futuro binestar. - Andá a cagar, Andrea - Me digo.  Y ahí nomás me doy cuenta que nunca me llamo a mi misma Andrea.  - Qué cagada.  Se ve que en general sólo me digo pelotuda, que es como me siento.
Así me siento yo como argentina.  Muy pelotuda.  Es que todo me cuesta un huevo.  Decidir qué hacer hoy.  Decidir qué no hacer.  Decidir.
Y creo que eso mismo le pasa a todos los argentinos, pero quizá no es así.
Por eso tiendo a atribuir mis males a la sociedad, a la forma de gobierno, a todas esas cosas.  Y capaz que es un bolazo.  Pero es que andamos como bola sin manija los argentinos.  O al menos yo.  Que soy una pelotuda, claro.
Y este espacio nació para contar.
Para contar las cosas que pasan acá en el sur.  Y claro que primero tengo que contarles como soy yo.  Porque quizá este mundo no es así, sino que estas cosas solamente representan el modo en el que yo lo veo.
Pero igual lo escribo.  Lo escribo en el agua, lo escribo en la nube.  Si lo imprimo por ahí llega a ser papel.  Pero por ahora lo dejo acá, en el cyber eter.
Mateo y Juan.  Juan y Mateo.  A ellos quise contarles que nosotros una vez existimos.  Y si hablo de mi país es porque sus desgracias nos atravesaron como espadas.   Y quiero contarles a Mateo y a Juan y a Juan y mateo que una vez existimos.  Quiero contarles para cuando sean grandes.  Antes de que nos devore el tiempo.


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