domingo, 11 de septiembre de 2016

Sopa de letras

Hablemos de la sopa de letras.
- Pero sopas de letras eran las de antes cuando, Saladillo era tan frío y tan húmedo que las sopas humeaban salvajes.
- Sopas de letras eran las de antes, las que te servía tu mamá, sopas de primer y segundo y tercer grado.
- Sopas aventureras.
- Sopas que al tomarlas te invitaban a formar la palabra mamá  con cada cucharada y apenas podías escribir "ma" porque las letras se te escapaban como peces e iban a mezclarse con el cardúmen de letras que invadía el plato. 
- Sopas de letras eran las de antes, servidas en la vajilla de loza de la abuela.
- Sopas de letras eran las de antes, sopas que eran como un milagro porque ahí estaban, prolijas, impecables, todas, todas las letras.
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Por eso, por los viejos tiempos, por los tiempos en que el mundo era todo porvenir, por los tiempos en que teníamos los pies chiquitos pero el alma tan grande que éramos más alma que cuerpo.
Por los tiempos en el que el mundo era tan incuestionablemente hermoso que necesitábamos saber todas las palabras para ponerle nombre a todas sus maravillas.
Por el tiempo en que mamá y papá eran tan altos que ver el mundo desde sus brazos era verlo casi entero.
Por los bellos viejos tiempo.
Por la época en la que solamente había palabras bonitas en nuestro universo.
Por los bellos viejos tiempos los invito a tomar una sopa de letras.
Y me pregunto cuántas palabras bonitas nos tragaremos.  Cuántos piropos. Cuántas canciones.  Cuantas frases. Quizá hasta una gran novela.  
Los invito a tomar esta sopa de letras llenas de las palabras que nos han hecho personas.  Sol. Casa. Escuela.  Mamá te ama.  Te ama mamá.  Papá te ama. Te ama papá.
Y cuando tomemos la sopa de letras volvamos a ser esos chicos con el alma tan grande que éramos ante todo almas puestas a dorar bajo el sol.




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