La gran aventura de Mateo y Juan María empezó el día que se hicieron grandes.
Tenían como cinco y salieron a la calle sin permiso.
Mamá les había dicho que en la vereda no se podía jugar.
Pero entre los dos resolvieron abrir la puerta y salir a la aventura.
Así es que se fueron caminando hasta la esquina y después doblaron a la derecha y más adelante a la izquierda y después otra vez a la derecha...pero al final se perdieron y no pudieron volver a casa, se habían perdido.
El final de esta historia simplemente cuenta que ese día se hicieron más hermanos que nunca. Porque así es la cosa. Los hermanos se hacen hermanos de verdad cuando se dan cuenta que no están solos mientras estén juntos.
Pero todavía no llegó el final de esta historia.
Estábamos en que andaban los dos perdidos y no sabían como volver a casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario