Los ojos de la tía Andrea no ven lo que ven los ojos de otra gente. Por eso a veces anda como loca, peleándose por cosas raras.
Así son en realidad los ojos de toda la gente. Distintos y particulares. La gente cree que ve lo mismo que la otra gente solamente porque alguna que otra cosita coincide. Y es de pura casualidad. Porque todos vemos distinto.
Y los ojos que Dios le dio a la tía Andrea ven cosas que la mayoría de la gente no ve ni de casualidad, cosa que están ahí, "evidentes", como dice la tía, pero que la gente no ve en absoluto, como si estuviera ciega y encima sorda y seca de vientre, como ,también dice, la tía Andrea.
Por eso un día la tía fue a la óptica de Ana María y la turca le dijo - Mucha miopía, astigmatismo e hipermetropía, pero lo peor, lo peor lejos es la vista de segundo plano adelantada al primerísimo.
Ana María (que viene a ser lo mismo que la turca que por otra parte no es turca sino sirio libanesa) le dijo también, - Para las primeras tres cuestiones andá al oftalmólogo (que contra lo que muchos creen no es el médico del olfato sino el de los ojos). - Pero para la cuestión de ver en primer plano lo que para la mayoría no existe, para eso, bueno, para eso no hay remedio - dijo la turca.
Y le dijo también - Hacete a la idea de andar por la vida haciéndote la boluda para que no crean que te chifla el moño.
Que te chifle el moño en argentino quiere decir ser como una loca medio cuerda que no es lo mismo que ser cuerdo de a ratos, sino que es bastante distinto porque cuando te chifla el moño no hay que te banque.
Y hacerse el boludo en argentino quiere decir andar por la vida como si a uno no le importara nada lo que pasa, pero no solo como si a uno no le importara nada, sino no importándole nada al fin y al cabo.
Hacerse el boludo es lo que uno hace por ejemplo cuando ve que hay que levantar los juguetes del piso y les pasa por al lado como si nada, o lo que se hace cuando hay que limpiar el dulce que se cayó en el mantel y le pone encima un vaso para que no se vea.
En las cosas importantes de la vida es lo que uno hace cuando no quiere comprometerse y simplemente se hace el que no ve, pero además inmediatamente también olvida lo visto para que no duela.
- Por ejemplo - dijo la turca, que es también Ana María - si ves medio oxidadas las glorietas de la plaza acordate que nadie las ve oxidadas sino que ven la pintura que les queda. Así no te amargás ni andás criticando cosas que nadie entiende.
- Si ves que sacan los árboles de las veredas no los mires. Total nadie ve el hueco que dejan las hojas.
La tía Andrea se fue de lo de Ana María (o sea de lo de la turca) totalmente alicaída. (que viene a ser r como una paloma desinflada y consecuentemente ali-caída).
El oftalmólogo le dió anteojos multifocales para que viera de cerca, de lejos y más o menos lejos y no le dió nada para el olfato porque no es médico especialista en cosas del olor.
Y la tía Claudia que es una consejóloga de primer nivel le dió consejos para el otro asunto, el de andar viendo en primer plano las cosas que nadie ve.
- Preguntales a los otros qué cosas ven así podés seguirles la corriente.
Desde ese día la tía Andrea anda siempre diciendo - Y dígame ¿Cómo ve Ud. la cosa?
Recibe todo tipo de respuestas y ella trata de adaptarse a lo que los otros ven.
Eso sí. Nunca lo logra. Y dice que por eso quiere tanto al tío José. Que ve lo que ella ve. - Aunque tiene gran capacidad para hacerse el boludo- dice la tía.
Pero al final, pregunte o no pregunte, parece que se va a morir viendo lo que otros no ven.
Igual esta historia la escribí para que sepan, chicos, que nada en el mundo es visto por la gente de la misma manera.
Que hay quien ve el atardecer y quien ve las sombras.
Que hay quien ve las flores y quien cotiza el florero.
Que hay quien entiende de amor y quien redacta contratos de separación de bienes.
Que hay gente que no ve los pies descalzos de los otros ni ve que los demás tiemblan de frío.
Así entonces esta historia la escribo para que sepan los Mateitos que la tía Andrea no está loca si anda viendo cosas que nadie más ve. Pero también la escribo para que sepan que la gente ve distintas cosas y por eso nunca se pone de acuerdo. Es muy importante preguntar ¿Qué cosa está Ud. viendo? porque sino se corre el riesgo de andar peleando con todo el mundo y hasta el riesgo de querer a gente equivocada.
Antes de enamorarse pregunten siempre cómo se ve la vida desde los ojos del otro y antes de enemistarse lo mismo.
La gente no tiene en la cabeza lo que uno cree que tiene en la cabeza.
Y es muy importante rodearse de quienes ven las cosas como uno porque sino se corre el terrible riesgo de que nadie le avise a uno cuando va a chocar contra un paredón.
Y yo quiero que Uds., mis Mateitos, anden por la vida bien acompañados.
Así que pregunten, siempre pregunten ¿Qué pensás vos? ¿Qué piensas tu? ...y si algún día sienten que no pueden preguntar entonces huyan...la vida en mala compañia dicen que es intolerable.